Centroamericanos desangelados

Imagen de México, vapuleada

Los que se iban, aún están

 

Por Marco Antonio Aguirre Rodríguez

Místicos y Terrenales

 

A Javier Duarte de Ochoa no le interesa lo que ocurra con los Juegos Centroamericanos, como tampoco le importó antes la organización y tener las instalaciones a tiempo.

La imagen de México, que no de Veracruz, ha estado muy vapuleada en estos Juegos Centroamericanos, porque además los atletas notan el estado de efervescencia que vive el país y el rechazo que existe hacia las autoridades, pero también por el mal trato que han sufrido.

Los Juegos han lucido desolados, los estadios vacíos, y eso que dijeron que los boletos para presenciar las justas deportivas estaban agotados.

Pero eso a Javier Duarte no le interesa.

El sábado 15 de noviembre después de entregar su Informe de gobierno se fue del estado. Probablemente fue a tratar de curar las heridas que le dejó el abucheó que recibió y los que le enviaron a Enrique Peña Nieto vía Miguel Ángel Osorio Chong, en la inauguración de los Centroamericanos, cuando la idea era que todo fuese miel sobre hojuelas después de que garantizaron tener un publico amable, compuesto principalmente por burócratas del gobierno del estado, luego de que los obligaron a comprar los boletos para el evento.

Y la rechifla se dio sin que supieran todavía que Ricky Martin nada más llegaba a saludar y se regresaba, si ya hubiera ocurrido eso, quién sabe que hubiera pasado. ¿Pues no que le habían pagado una millonada por que diera un gran espectáculo?

Pero bueno, Javier Duarte regresó hasta el lunes por la tarde para aparecerse un evento de equitación de los JCC.

Duarte corroboró ahí que los eventos carecen de público, que el informe que le pasaron y la petición de que se hiciera algo para llevar publico a los estadios era de extrema urgencia.

¡Y la luz se hizo!

Alguién tuvo la gran idea de suspender clases en todo el estado, en todos los niveles, con el pretexto de un frente frío que se acerca.

Los padres, obviamente, no estuvieron de acuerdo y ¡otra vez! Las burlas hacia Javier Duarte y su decisión de suspender las clases no se hicieron esperar.

El boletín donde se hizo el anuncio fue bastante claro sobre la intención de que los niños y los jóvenes lleguen a presenciar las justas deportivas:

“Con el propósito de permitir a nuestros niños y jóvenes que le den seguimiento a las competencias deportivas que se están llevando a cabo en las cinco sedes de nuestra entidad, ya sea asistiendo a los escenarios de competición o a través de los medios de comunicación”.

Y sí, los niños y jóvenes deberían presenciar las competencias, para incentivar en ellos la práctica del deporte, pero la terrible organización y el desvío de recursos impidió que se programasen sus visitas, cuando dentro del rubro de gastos estaba --precisamente- la promoción del deporte.

Por lo pronto en la Universidad Veracruzana la rectora Sara Ladrón de Guevara tomó una buena decisión y no permitió la suspensión de clases.

Los atletas son otra parte que contribuirá sustancialmente a que se tenga una imagen deplorable de México como país organizador de los Juegos Centroamericanos, porque ellos fueron amontonados en diversos hoteles de no muy alta calidad, mientras que algunos directivos y grupos privilegiados fueron acomodados en hoteles de cinco estrellas.

Los hoteleros, como no les pagaron lo que les dijeron que les iban a entregar, pusieron a los deportistas en habitaciones comunales y bajaron sustancialmente la calidad de la comida, además de que algunos de los competidores han sido llevados a los mercados a comer, lo cual –lógicamente- no garantiza que sus alimentos sean sanos, adecuados para deportistas.

Luego también está la inseguridad que ya golpeó a algunos de los atletas, entre ellos a un técnico venezolano a quien le robaron 10,000 pesos en el hotel Lois.

Las instalaciones son tan improvisadas que incluso una cancha para juegos de equipos de colonias, la Hugo Sánchez, fue habilitada para desarrollar ahí el fútbol femenil.

Por desgracia, los Juegos Centroamericanos están resultando bastante mal en organización, lo que hace desmerecer las justas deportivas, que –sí- debería ser lo central en eventos de este tipo.

 

LOS QUE SE IBAN, TODAVÍA ESTÁN. Pues bien, pasó el 15 de noviembre y llegamos al día 17 del onceavo mes del año 2014 y los que se iban a mediados de mes porque ya tenían la candidatura asegurada para el 2015, siguen en sus puestos.

El más proclamado que dejaba el cargo era Alberto Silva, quien está más que apurado queriendo ser candidato a diputado, aunque sea de mayoría por Tuxpan, tanto que incluso hasta mostró a Enrique Ampudia, como enviando el mensaje de que ese es el que le seguirá en ese puesto, aunque después –y en un juego perverso- filtraron el nombre de Sergio González Levet (cercano a Alejandro Montano y al grupo Alemán que está creciendo su presencia en esta administración de Javier Duarte) actual funcionario de comunicación social, como el posible sucesor, para luego meter en la bolsa de las especulaciones a Tonatiuh Pola (cercano a Gina Domínguez).

Pero no, ninguno de ellos fue, porque Alberto Silva ahí continúa.

Erick Lagos también se mantiene en Palacio de Gobierno; Elizabeth Morales, no ha dejado el PRI; Nohemí Guzmán, ya parece no querer dejar Protección Civil; Adolfo Mota, se agarra todavía de la SEV; Erika Ayala, se mantiene en el sindicato de Cobaev; el Tato Yunes, no suelta la Junta de Mejoras; Corintia Cruz, se mueve desesperada queriendo que le den la candidatura o la posición de alguno de los que se vaya; Jorge Carvallo, en la Sedesol veracruzana, ya ni siquiera fue a Los Tuxtlas el fin de semana.

Todos ahí siguen.

¿Será porque a ninguno le tocará candidatura?.

Desde la Presidencia de la República observan más que con cuidado el desempeño del grupo de Javier Duarte, a quien no le quieren dejar ni un puesto para las candidaturas del 2015.

Duarte y su grupo son los que construyen la mala imagen de Veracruz.

Sólo ellos